viernes, 6 de marzo de 2015

Historia de una infidelidad



Es mi historia de infidelidad. Al parecer ya había un hogar bien formado, tres hermosos hijos, 11 años de matrimonio, un hogar, dos familias que nunca nos han soltado de la mano, que siempre nos apoyan en todo. Pero por un mejor porvenir mi esposo se metió a administrar un negocio donde los dos nos sacrificamos por echar una familia por delante para un mejor provenir. Puedo decir que me di cuenta inmediatamente y se lo expresé a mi cuñada no dando muchos detalles ya que tenía las dudas, mi amiga sin embargo conociendo a mi esposo el cual yo nunca tenía nada mal que hablar de él me contesta que yo estaba buscando cosas donde no las había. Le di largas al asunto, pero en unos diminutos detalles que no podía contener, ya le había tirado varias indirectas pero sin confirmar nada, muchas veces intenté ir a su negocio pero Dios tenía algo mejor para mí, algo siempre se interponía y no podía llegar.

Ya salíamos y yo no era la misma, y la familia preguntaban qué era lo que me sucedía, que no estaba alegre y atenta como solía ser. Todo estaba en mi mente, no le comenté nunca más a nadie. Mi esposo se enfermó y yo llegué a la conclusión de que era que tenía otra persona. Yo le empezaba a reclamar, llamé al negocio y no estaba, con el dinero algo estaba sucediendo, solo le pedía que tuviera cuidado con lo que hacía. Yo ya muy afectada después de muchos meses me di la tarea de inspectora, sacudí hasta el último rincón de su teléfono y *bom* había dos números frecuentes a todas horas, se borraban las llamadas… Sufrí en silencio como dos meses, quise comunicarme con los números de teléfono y eran de la misma persona que sin querer pregunté por una fulana de tal y me inventé el nombre de Carmen y en realidad era Carmen, hasta que le dije a mi cuñada que deseaba hablar con ella algo muy importante, yo había sacado un mamotreto de papeles de las veces que se comunicaban.

Llegamos a la conclusión que sí existía otra. Pasaron muchos días, yo le preguntaba de quién era los números y me respondió de un amigo, que yo llamara para que confirmara. Lo que él no sabía es que yo había entrado en confianza en la llamada que le hice y me dieron suficiente información.

Él comenzó a sentirse acorralado pero no soltaba prenda. En momentos me sentí como obsesionada, en otros momentos pensaba que no era verdad. Hasta que no pude más, cogí su teléfono y llamé, a los 20 minutos devolvieron la llamada, pero él fue él que contestó.

Como habíamos salido a comer solo le dije es un numero bloqueado pero tú sí sabes quién es, ya lo tengo, es tu chilla. No le quedó más salida de decir que dialogáramos cuando llegáramos a la casa. Yo tan ansiosa llegamos acosté a los niños y nos enceramos, ese momento nunca lo olvidare “qué quieres que te diga, si te falle lo hice  no sé por qué lo hice”.

Ya han pasado muchos meses, han sido de sufrimiento y puro dolor a los sentimientos, para intentar seguir con la relación hemos visitando psicólogo, dirección espiritual, consejeros, innumerables ayudas, todavía el dolor está muy presente, yo he experimentado miles de situaciones, coraje, odio, traición, desprecio hacia él. No lo he podido perdonar y reconociendo mis defectos creo que nunca lo haría.
                                                                        

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